En las familias narcisistas existen normas de las que no se habla y que nadie cuenta.
La familias narcisistas tienen sus propias reglas de funcionamiento, no son reglas explicitas no se hablan de forma directa, sino que se trata de su particular forma de proceder y se van aprendiendo de forma indirecta a través de la experiencia y muy probablemente para posteriormente repetirlas. Las normas implícitas, las que no se transmiten directamente suponen el problema de que no se pueden discutir, cambiar o renovar. Se llevan de una forma oculta e impiden los contraargumentos.
El propósito principal de estas reglas es eximir a los padres de la responsabilidad de cubrir las necesidades emocionales de sus hijos, es decir, exculparse de la «carga» que supone atender a los menores en sus necesidades afectivas para satisfacer las propias, y a la vez tienen una doble funcionalidad, la de marcar el límite de accesibilidad a los padres, es decir, crear distancia física y emocional. Como ya no nos debe sorprender, el objetivo siempre es interesado y egocentrista. Este proceder de los progenitores tiene un efecto importante sobre el desarrollo emocional de los menores puesto que una desatención continua de las emociones provoca en los infantes desmotivación y carencia de habilidades a la hora de reconocer, comunicar y gestionar los propios sentimientos.
La imagen que proyectan siempre es una imagen de familia perfecta, bien educada y atendida, lo que ocurre de puertas para adentro nada tiene que ver con lo que desde fuera se pueda percibir. El funcionamiento patológico y la carencia de una estructura sólida son casi imperceptibles desde fuera del hogar.
¿Cuáles son estas reglas de funcionamiento?
Para llegar a conseguir este aislamiento a los padres de las emociones de sus hijos siguen ciertas pautas, que cito a continuación:
- La comunicación entre los miembros de la familia narcisista nunca es directa: En este tipo de familias la comunicación nunca es espontánea y clara. Los mensajes casi nunca se llegan a transmitir, la comunicación se transforma en un infinito rodeo a cerca del tema o quizá ni siquiera el tema tiene que ver. Tampoco dan la respuesta directa de negativa a la respuesta, simplemente hablan para hacer creer que en algún momento de discurso se dará la respuesta y sobretodo para intentar que el otro quede complacido ante la confusión y salir más o menos airosos de la complicada situación.
Por supuesto, no se habla de sentimientos y no se comunica lo que podría ser molesto para los demás. Cómo reaccionan si se incumple la norma y un niño habla de lo que siente? desviando el tema, ignorándolo dejándolo para después, negándolo o simplemente haciendo el silencio. Estas familias no se producen las conversaciones profundas, no se respeta sino que más bien se ordena «deberías hacer esto o lo otro…» Los progenitores no expresan abiertamente sus emociones ni las saben gestionar por lo que son incapaces de entrar en un mundo que desconocen, por ello lo evitan a toda costa, influidos por el miedo a la respuesta, es decir a enfrentarse con argumentos que no podrán asumir como es el error, la no aceptación, la exposición de sus carencias y falta de habilidades, etc. Argumentos para ellos amenazantes. Las consecuencias: el niño no aprenden a identificar emociones ni a gestionar las propias y a no saber actuar en consecuencia. Poco a poco irá interiorizando la idea de que lo que siente no se puede cambiar ni compartir, ya que no es importante. - Los progenitores se comunican entre ellos a través de un tercero, normalmente un niño. Suelen utilizar al niño como intermediario para no tener que comunicarse directamente o planean su vida alrededor del niño (o niños) y evitando así estar a solas entre ellos; en otras palabras, usan al niño para evitar momentos de intimidad. En un escenario a tres, uno de los padres emplea la comunicación triangular para formar una alianza con el menor en contra de otra persona, aplicando el concepto de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo” La comunicación entre los progenitores se hace a través del menor que hace de mensajero entre ellos, teniendo que oír y decir asuntos propios de adultos. Esto confunde y daña al niño cuando el “enemigo” es el otro progenitor del niño o un hermano o hermana.
- Los niños carecen de derechos y límites En la familia narcisista, los niños no tienen derechos. Sus sentimientos no son tenidos en cuenta, se niegan. Y, si no se da valor a los sentimientos del niño es evidente que no tenerlos en consideración. En una familia narcisista, no hay ninguna regla acerca de los límites, más bien el más poderoso suele imponer sus propias reglas o límites de conveniencia. Los objetos, el tiempo o incluso su el propio cuerpo pueden ser propiedad de los padres, del cuidador, o de hermanos más poderosos, más fuertes o de los mayores. Las normas ni los límites de este tipo de familias no son creadas para organizar y armonizar la convivencia entre los miembros de la familia, es una respuesta a un problema puntual que le incomoda al familiar dominante. Surge de forma espontánea y como respuesta a su incomodidad particular, no necesariamente afecta positivamente al funcionamiento familiar sino que sólo le beneficia al dominante. Estas normas no son constantes, es decir, lo que ayer era válido en cualquier momento puede dejar de serlo y por supuesto los padres pueden infringirlas si su necesidad lo dicta. Lo que nos lleva al segundo: no hay límites en términos de expectativas emocionales para los hijos, no tienen o no pueden crear ningún esquema, lo tienen unas normas fijas a las que puedan acogerse, nada les marca lo que tienen que hacer o lo que no, nada les guía su comportamiento, simplemente tienen que adivinar lo que en cada momento puede suceder y responder a ello lo mejor que puedan para evitar tener consecuencias negativas. Esta forma de funcionar, de vivir en la incertidumbre constante de la respuesta que van a tener sus acciones, crea en los menores un nivel elevado de tensión que perjudica gravemente su autoconcepto y dificulta la formación de su identidad.
Los adultos criados en familias narcisistas a menudo no saben que pueden decir NO, que tienen derecho a poner límite con lo que quieren y no quieren y que no tienen que estar siempre disponibles para los demás.
Mariana
Hola!!
Me gustaría saber si es compatible con la familia narcisista que un hijo de 20 años mande por las mañanas wasaps de buenos días, os quiero mucho y besos a su padre. Es que me sorprende un poco que a esa edad tenga esa necesidad. ¿Puede ser que esté buscando la aprobación y el cariño de su padre?
Es que llevo tiempo sospechando que mi pareja sea narcisista, es egocentrico, megalómano, todo le va fenomenal, tiene grandes ambiciones depositadas en sus hijos y parece que tiene la familia perfecta.
Gracias
Cómo afecta vivir en una familia narcisista.
[…] acordes con su edad como pueden ser las pataletas, los lloros, las negativas, etc. En este tipo de familias, las narcisistas, las respuestas que el sistema parental ofrece suelen ser el caso omiso o incluso el desprecio a […]
Luis
Tengo una hermana que tiene 2 pisos muy buenos 1 chalet garajes trasteros trabaja en el hospital 4 sueldos le quito las cartillas a mis aitas y siempre tiene a 1 hermana que la ha temorizado yo soy el hermano pequeño al cual le deja sin comida y eso que el dinero es de mi ama con la que vivo yo pero que ella teniendo todo y controla a todos los demás que se puede hacer para hacer entender que lo que hace es daño sicoligico ya que ella se apropia de la jubilación de mi ama y de mi aita el cual falleció el 10 de marzo
Estefania
Desde que tengo uso de razón fui el chivo expiatorio de mi madre. Siempre sentí en mi interior que algo en ella andaba mal, por ende cuestioné su accionar en varias oportunidades. ¿Que recibìa a cambio? La famosa Ley de Hielo. Siempre me odié por no ser como ella y afectarme demasiado que ella me invisibilizara como persona. Además ella justificaba su accionar tòxico diciendo que cuando un ser querido la lastima ella ataca con todas sus fuerzas. Pensé que esto era la normalidad, hasta que ahora a mis 34 años me doy cuenta que está enferma y siempre lo estuvo. Tengo 2 hermanls narcicistas y 2 monos voladores que se encargan de hacer el trabajo sucio. Lamentablemente al igual que a mi padre (que murió de alcoholismo y depresión, no por casualidad), reaccionamos mal a la ley de hielo. Por ende somos tildados de locos por todos mis hermanos. Es que soy madre y jamas se me ocurriria ignorar a mis hijos. Entonces llega la cantaleta de mis hermanos.. si mama no te hace nada.
No contenta cuando aplico el contacto cero..empieza la campaña de difamación y manipulación de que yo soy mala, que la trato mal. Muestra nuestros chats a mis hermanos para crear discordia y división. Pienso como una madre puede contentantarse de que sus hijos se peleen. Luego me doy cuenta que un narcicista solo se ama a si mismo. Ella nutre muy bien las necesidades materiales de mis hermanos, quienes ya cerca de los 30 no se han independizado. Jamás me dejo ser, intentó que yo fuera su apéndice saboteando con exito mis intentos de estudiar y seguir mi vocación. Pero para.mi familia yo estoy mal de la.cabeza.cuando les.digo que.somos una familia narcicista. Pero no tengo mas ganas de llamarme vìctima, mas.bien las víctimas son ellos que no abren los ojos. Yo soy una resiliente, una sobreviviente a una madre narcicista. No casualidad soy muy empática a diferencia de mis hermanos, y muy emotiva y eso siempre odió mi madre en mi. Ahora se que lo envidia, porque jamás lo va a tener. Jamás me dejó estudiar lo que querìa y que creen, ahora ella se puso a estudiar y me lo refriega en la cara. ¿Que clase de madre harìa eso?
Aguardo sus opiniones
fliaromancabral@gmail.com
Fran
Lo que le toca a uno los güevos es que buscando información, en la mayoría de los sitios el narcisista en el padre, parece que en el sexo femenino no existe, cuando es al revés, la mayoría de narcisistas se dá en el sexo femenino. En mi caso, mi madre.
Silvia Rodriguez
Hola Fran no estoy de acuerdo con mayorías, pero es cierto que cuando el narcisista es la madre es muy dañino.
Un abrazo
Silvia