Los dependientes emocionales atraen a narcisistas y psicópatas una y otra vez.
Te has dado cuenta que en muchos de los casos cuando se elige pareja esta termina siendo de la misma forma que la pareja anterior, diferente cuerpo pero misma forma de ser. Todos los inconvenientes que se intentan evitar en la nueva pareja se repiten una y otra vez, quizá en forma diferente, pero en el fondo, igual resultado. Pues sí, así suele ocurrir con demasiada frecuencia.
Aún me sorprendo en ocasiones, cuando después de que la persona que ha acudido a terapia o en casos que aún sigue acudiendo, y en la elección de su nueva pareja se siguen dando las mismas características. Parte e es debido a que los cambios reales se solidifican con el ensayo error y es que cambiar aspectos tan asentados como la forma de relacionarnos con los demás no es nada fácil, pero más costoso es cambiar las creencias instauradas que condicionan nuestra forma de relacionarnos o de entender las relaciones, el amor, la pareja o los roles que implica la pareja para cada uno de sus componentes e incluso las creencias que se tienen sobre uno/a mismo/a.
Sí es cierto, los dependientes emocionales tienden a creer que los demás son buenos, que los demás tienen sus mismas cualidades y que en general son pocos los que hacen daño sin motivo.
Tres grandes desaciertos que hacen que repitas perfil de pareja.
Lo que se repite en todos los casos es qe no se suelen dar cuenta que siguen haciendo lo mismo que les llevó a tener una pareja dañina, ignorar o minimizar los comportamientos que actúan como señales.
El primer desacierto de un dependiente emocional es la proyección de su bondad en los demás.
Las cualidades propias de un dependiente les hace que crean en la bondad, pero en la bondad generalizada de la sociedad, no cree que los demás puedan ir acumulando información de ellos para poder utilizarla en su contra y mucho menos para hacerle daño premeditadamente. De ahí la tendencia a ser excesivamente sinceros, rasgo común en todos ellos. «Yo no tengo porqué mentir, yo no he hecho nada malo» frase muy frecuente, y en el fondo así es.
Hay una distancia importante que marca la diferencia entre mentir e ir contando cosas íntimas, de tu vida, de tus experiencias y sobretodo de tu sufrimiento y debilidades a personas que no conoces (aunque te hayan demostrado interés y te parezcan buenas personas) y digo no conoces, porque realmente se están conociendo, por lo que: aún no lo conoces bien. Mejor esperar a ver quien realmente es y sobretodo qué intención tiene para la relación ¿no crees? Primer gran desacierto. Me parece una virtud ser sincero, no tanto ser tan sincero con todo el mundo.
El segundo desacierto y relacionado, es el exceso de confianza.
Frases como «me ha dado buenas vibraciones», «es que no hace las mismas cosas que la pareja anterior», «esta persona no es igual» ya claro!! es que no estáis en el mismo punto de la relación, es que no conoces a esta persona con el mismo grado de intimidad ni hay dos personas iguales… Raro es que una persona vaya mostrando sus defectos o sus áreas de mejora, o peor aún, sus intenciones desde el minuto cero. Ningún timador anuncia su timo, ¡evidentemente! Si su forma de relacionarse es, por ejemplo de dominación, rara vez lo expondrá anticipadamente, primero se gana tu confianza, saca información de ti y cuando ya has bajado la guardia, entonces muestra su verdadera forma de ser.
Lo primero para poder dominar, manipular, engañar, embaucar, abusar, etc. a alguien es ganar su confianza, así eliminan la barrera de la alerta, y sin ninguna precaución, es más fácil llevarla a su terreno.
Y por supuesto más fácil aún si la confianza es regalada, sin filtro y sin medida.
El tercer desacierto es que siguen en la ingenuidad
Mientras estos dos desaciertos por parte de los dependientes emocionales están ocurriendo se está dando otro importante: Minimizan o ignoran las señales y… como no las ven o las minimizan o las normalizan (les otorgan el valor de comportamiento normal) pues claro, no se tienen en cuenta, no se comentan y por supuesto no se analizan, entonces no hay forma de detectar su significado velado. Por ejemplo, si en el periodo que dura la seducción, de forma repentina y sin explicación alguna corta radicalmente la comunicación durante un tiempo no habitual, no es normal, ¡no lo es! No vale «estará ocupado/a» Después dará la explicación más rara que te puedas imaginar y otra vez los mismo normalización, «es tan raro que será verdad» o más todavía normalización con exceso de confianza «no tiene por qué mentirme» claro que no tiene por qué mentirte, solo que existen personas que mienten, que engañan, que no tienen capa y que lo hacen para tapar su comportamiento no tan buen intencionado. Tercer gran desacierto.
Con estos grandes desaciertos es muy difícil que no se vuelva a caer en una pareja con perfil narcisista. Se ha creado la situación propicia para que la relación siga adelante, el dependiente emocional ya está idealizando a la persona que le está planteando su que es su pareja ideal, su alma gemela, el amor de su vida… y que est avez no ocurrirá lo mismo que él o ella le ama de verdad, con esta «ensoñación» el dependiente sin ser consciente de la manipulación sólo presta atención a lo que quiere que pase. Y el narcisista, lo que le plantea al dependiente es justo aquello que el dependiente quiere oír y vivir, lo que siempre soñó para su relación. Claro que, el narcisista ya ha detectado que se dan las circunstancias idóneas para que necesita la relación comience, para conseguir lo que quiere, y evidentemente, no se repetirán, en un principio las mismas condiciones que con la pareja anterior. El principio de la relación, nada tiene que ver con lo que luego vivirá, pero el dependiente emocional, en el estado de ilusión que le caracteriza, aún no es consciente de que ha vuelto a caer en el perfil de pareja que ya conoce El narcisista
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