¿Qué significa «tu niño interior»?
El o la niño-a interior es un símbolo mental, que conecta directamente con todos los recuerdos infantiles.
El o la niño-a interior además, guarda todas las experiencias intensas que te afectaron, las frases que te decían las personas importantes para ti y se te quedaron grabadas de por vida, las exigencias que te agobiaron y que no sabías manejar, las necesidades que no fueron satisfechas sobretodo las que tenían un carga emocional, pero también las experiencias positivas como el amor y la aceptación que sentías de los demás, los juegos y los recuerdos entrañables. Todo esto no se desvaneció sino que forma parte de ti. Quedó almacenado dentro de ti, y está influyendo en tus creencias y tu forma de actuar y muy probablemente se están reproduciendo en el presente tanto en la forma positiva como en la negativa, y te sigue atormentando.
Todos llevamos dentro el niño o la niña que fuimos y no debemos negar su existencia ni reprimir esos impulsos característicos de la infancia, la creatividad, la espontaneidad… No es negativo seguir teniendo de vez en cuando ciertas cualidades que se atribuyen a la infancia y tampoco representa que no se ha madurado.
Cuida de tu niño/a interior desde la visión de adulto/a
Todas las vivencias que no pudiste manejar en la infancia, por falta de edad, por falta de recursos, por no tener el apoyo adecuado y que dejaron huella en ti en forma de herida es importante reconocerlas, otorgarles la importancia que para un niño pueden tener y resolverlas desde el conocimiento y la comprensión del adulto, entendiendo cómo se produjo la situación, las alternativas que tenias y las consecuencias que se dieron, apoyar las decisiones que tomaste con los recursos que tenías entonces.
Es importante dar este paso, aceptar lo que fuimos para aceptar quien somos, con los miedos de entonces, con los malos entendidos, las culpas y miedos que cargamos desde la infancia y que ahora, de adulto, somos capaces de comprender y con las condiciones que entonces se daban para poder o no resolverlos.
Sobretodo es importante eliminar la culpa que se cargó o que le cargaron y no sabía manejar al no entender las situaciones que le estaban sucediendo. Los niños/as tienen la tendencia natural a asumir que tienen algo malo o que han hecho las cosas mal cuando la experiencia es negativa, incluso de lo que les sucede a sus familiares, y por ello cargan culpa de cosas que no fueron su responsabilidad. La culpa suele conllevar creencias negativas sobre uno mismo como «no me merezco que me quieran» «soy malo/a y no me van a querer» «no valgo lo suficiente»… Los «no» que nos decimos a nosotros mismos y los «debería» que se grabaron en la etapa de la infancia condicionan negativamente el comportamiento en la edad adulta impidiendonos que seamos libres.
Es primordial prestar atención y cuidar a ese niño/a interior que llevamos con nosotros debido a que muchas de los acontecimientos o situaciones que vivimos en la edad adulta están condicionadas por ellas, y por supuesto, la dependencia emocional es una de ellas. Os comparto un relato maravilloso de lo que representa conectar con nuestras heridas de la infancia o nuestro niño interior. No lo he escrito yo, pero me ha dado permiso para publicarlo como Anónimo, y me parece que quien está en un momento parecido podrá reconocer e identificarse con estas palabras:
«Hoy he vuelto a la calle donde nací, y le he visto. Le he visto andando, solo.
He visto a ese niño desorientado que tenía miedo, que se hacía pipí en el descansillo de la entrada, que creía no valer nada.
He corrido hacia él y lo he tomado en brazos. -No tengas miedo, te protegeré con mi vida, te protegeré como nadie lo ha hecho.
Está ahí, sentado, cerca de mí. Me mira con una nueva expresión en sus ojos. La expresión de la alegría, la esperanza, la gratitud.
Con la luminosidad de su inocencia y de su inmenso valor. Juguetea con sus piernecitas en la silla.
Ya no está triste, ni solo, ni paralizado por el miedo. Ya no cree que no tiene valor. Está feliz, alegre, contento.
Siento amor por él, tanto, que me duele el pecho al ver por lo que ha tenido que pasar durante tanto tiempo.
Hay luz. Hay una playa en la que podemos bañarnos en presencia de esa luz, que es simplemente amor.
Puedo abrazarlo como nunca lo hice, con todo el amor del mundo. Sin condiciones, sin límites.
Corre y ríe. Para y me mira. Sale disparado corriendo otra vez.
Ríe a carcajadas, porque recuerda que es exactamente a lo que vino, a aprender a reír, a amar, a ser amado.
Recuerda que siempre lo mereció, que solo fue un error creer lo contrario, un error que trajo a su vida personas equivocadas, sufrimiento, dolor
Me mira con cariño, con aprecio, con aceptación, al igual que yo a él. Me mira y ríe, y luego corre en círculos, riendo más fuerte.
Corre hacia mí y me abraza. Y me parte el alma. Mi corazón no puede tanto, ya no soy tan joven.
Por fin se agota y se echa en mi regazo. Y se queda dormido en un instante, con la paz que siempre merecimos.
Ahora, ambos podemos descansar.»
Gracias Anónimo, por compartir los sentimientos más profundos que hay en ti. Deseo que este gran paso te ayude a conseguir paz contigo mismo.
Tatiana
Necesaria reflexión y precioso texto, felicitaciones a ambos , a ti Silvia por escribir este blog que hace pararse a pensar y al anónimo por acercarnos a ese niño que llevamos dentro.
Ailén
Deseo de verdad Sílvia, que llegues cada día a más gente y que cambies su vida a mejor, como has hecho con la mía. Que el mundo te conozca, que el mundo conozca la verdad que nos traes. Que tú verdad haga libres y felices a todos los que lo merecen sin saberlo. Gracias por este blog, gracias por tu trabajo y sobre todo gracias por ser quien eres y seguir luchando por nosotros. Y obviamente gracias a Anónimo por compartir este texto que tanto toca.
Silvia Rodriguez
Mil gracias Ailen, por tus palabras y tus deseos, vaya chute de felicidad!!!
Un abrazo muy muy fuerte!
Te deseo y os deseo lo mejor!!!
Silvia
Eve
Ha sido precioso. Gracias. Me ha recordado que mi adolescente interior tb necesita apoyo.
Silvia Rodriguez
Hola Eve, espero que os ayude a conectar por un momento con vosotros/as mismos/as
Ánimo y besazo
Silvia