Los niños deben sentirse amados por ser quienes son y no por lo que pueden hacer por los demás. Este deseo de admiración típico de los niños se debe a la necesidad de reconocerse como personas únicas y separadas de los demás, lo que les permitirá construir una identidad y una autoestima sana que no dependa de la aprobación de otros, sino que nazca dentro de ellos mismos. El niño que no satisface sus necesidades emocionales aprende a actuar en función del juicio de los demás. Las reacciones de frustración ante la frustración de sus necesidades pueden ser diversas:
Puede dar lugar a una personalidad dependiente, centrada en la satisfacción de las necesidades de los demás para conseguir su aprobación.
Es posible que derive en una personalidad narcisista, que hincha su propio ego para compensar la falta de autoestima e inseguridad.… Leer más